Hoy rindo homenaje a la famosa frase de origen latín “Mens sana in corpore sano”, cuya traducción viene siendo “Una mente sana en un cuerpo sano”.
Y qué gran verdad; quién me iba a decir a mi hace unos años que ahora mismo no podría vivir sin deporte.
Y que lo que antes veía como una obligación, ahora me aporta bienestar, calma y energía.
Creo que el secreto o lo que me funcionó a mi personalmente, fue precisamente no pensar en el deporte como una obligación, sino adaptarlo a lo que mi cuerpo necesita ese determinado día, a lo que me apetece o al tiempo que dispongo.
Soy de esas personas a las que cada día le apetece hacer una cosa diferente e intento disfrutar de cada una de ellas. Hay días que me gusta pasear en la playa mientra amanece, la sensación del mar meciendo mis piernas me proporciona una sensación indescriptible. Otros días, hacer padel surf con mi hija y caernos una y otra vez me aporta muchísima paz, y además, nos lo pasamos pipa las dos.
Te cuento algunos de mis ejercicios: hacer footing en las ciudades que visito; practicar snorkel en calas o playas donde el fondo del mar me regala la vista de miles de peces de diferentes formas y colores, y aunque mi estilo de natación deje mucho que desear, a mi me sigue apasionando.
O el simple hecho de pasear a mi perra por la playa cuando está el cielo cubierto de estrellas, y a pesar de que luego me llene la casa de arena y esté empapada de arriba a abajo, son momentos únicos que disfruto como una enana.
Y sí, tengo días en los que tirarme por el parque de tirolinas mientras intento mantener el equilibrio no sería mi plan ideal, pero enseño a mi hija a superar sus miedos mientras yo oculto los míos. El quid de la cuestión es disfrutar con lo que haces, sin importar si un día le dedicas más esfuerzo al ejercicio físico o no.
Encuentra aquella actividad con la que sentirte satisfecho al final del día, y en la que tu mente deje de pensar por un momento en todo aquello que tiene pendiente por hacer.
Os invito a que, como yo, lo descubráis poco a poco, sin presiones, de motu proprio, probando nuevas opciones hasta encontrar aquella que os guste y que se adapte a vuestro día a día. Y si además de cuidar tu cuerpo, cuidas tu alimentación, descubriréis sensaciones de grandeza que abarcarán todos los ámbitos de vuestra vida, pero no os olvidéis que estaréis cuidando de vuestra salud y calidad de vida presente y futura.